Bendita inocencia

Bendita inocencia
Cuando fuimos los mejores

martes, 27 de julio de 2010

Pálmaces, tienes mágia


Un año más he venido a verte, a saborear de tus mieles. Sé que no me lo vas a poner nada fácil pero estoy seguro que cuando termine, me sabrán aún mejor.
Este es un triatlón de los que dicen que engancha, tanto por la distancia, como por el recorrido, la organización, el lago, la caldereta, la fiesta ,el sorteo, sus gentes, las estrellas….. A mí me ha enganchado. Tenía unas ganas locas de hacerlo desde el día en que terminé la edición anterior, para mí con magia. Fue la primera vez que saboreé las mieles del pódium. ¿Quién me lo iba a decir?, terceros por equipos, y yo era el tercer hombre. Además fui con unas personas especiales para mí, que tanto bueno me han dado… Pero esto fue el año pasado.

Este año ha sido muy parecido, pero con ciertos matices. El lugar el mismo, el lago con más agua, el recorrido con mucho aire en la bicicleta, la caldereta en otro rinconcito de la plaza……. Todo casi igual, pero con él mismo fondo. Gente nueva, muy buena gente, personas que se quedaron en tierra, porque a veces hay que elegir. Necesito rodearme de los míos, me da fuerza y energías para continuar.

Llegue sobre la una del sábado, al llegar al parking habilitado por la organización, rápidamente me di cuenta de donde se había instalado mi amigo “El Morzas”. ¡Menudo chiringuito que se había currado!!, furgoneta, sombrilla, una tienda para mí, ya lista para usar, una maravilla. Me dispuse a ir a la plaza del pueblo, y allí me encontré a Alex y Julio, estaban comiendo su menú de pasta sentados en un banco a la sombra. Menuda estampa que tenían, jejeje. Parecía que tuvieran que ir al ruedo a torear, aunque en cierta forma así era. Fui a por él dorsal y de paso a contemplar las fotos que tienen de todas las ediciones, (la del 2009 no estaba) y ver caras conocidas muchos más jóvenes en estas fotos. Me acerqué con Julio y Alex para dar cuenta de mi plato de pasta en compañía de estos dos grandes.

Reunión en la zona de acampada, reencuentro con amigos y compañeros, saludos, emoción, ilusión, incertidumbre, abrazos, y más saludos. Comienza el ritual de los preparativos de la prueba, hay que estar concentrado, para procurar no dejar pasar nada por alto. Es el momento íntimo y particular de cada corredor, cuando ya está todo más o menos controlado, es cuando te pasa por la mente que se te ha olvidado comprar geles. ¿Verdad Piñeiro?, me salvaste la vida con ese alimento que tan amablemente me ofreciste.

Objetivo: Pasarlo en grande, como siempre. Aunque hoy tenía un nuevo reto: GANAR A JULIO!!!!!
Menudas “coñas marineras” nos han alimentado durante unos meses atrás, un pique sano y muy divertido, que hemos tenido mi amigo y yo. Nada muchísimo mejor que yo, corre mejor, es unos quince años más joven, es muchísimo más alto, más guapo e inteligente, y además ha hecho el Ironman de Lanzarote!!!! Tiene a priori todos los elementos necesarios para ganarme, pero aún así he tenido la osadía de retarle.

Bocinazo de salida por la señora Alcaldesa. Comienza la natación, creo que se me da bastante bien, golpes los justos ni más ni menos, ninguna cosa que reseñar. Transición en la T1, y cojo mi bici, que tantos momentos buenos y duros me ha dado. Hoy iba a ser uno de los duros. Ya desde el principio noto que las sensaciones no son nada buenas, hace mucho viento, ya lo sé, pero no es eso. Noto hambre, últimamente no me he alimentado muy bien, como tampoco he descansado. (Cosas del verano) Las piernas no van como tienen que ir, y me encuentro vacío, aún así comienzo a adelantar a gente, entre ellos mi amigo Julio, toquecito en el culo y… ¡vamos campeón!, le noto algo raro en la mirada, pero cuando hacemos esto, ¿Quién no está raro?. No le doy importancia y continúo mi viaje. Vuelta en Atienza. Ahora el aire se convierte en nuestro cómplice, al cuentakilómetros le cuesta bajar de 40 km/h. Pero yo sé que esto no es real…

Llego a la T2, me pongo rápidamente a correr, los primeros metros muy bien, pero es estómago está vacío, guardo como oro en paño, el gel que me dio Alex para la segunda vuelta, mientras, me aprovecho de los plátanos y las naranjas que da la organización, al llegar al pueblo en la primera vuelta, no tengo fuerzas para nada, y mi único deseo es andar, se que si lo hago me pasara factura, saco fuerzas de donde no las tengo y llego a la plaza del pueblo, abro mi preciado tesoro, y me lo trago de un sorbo. Vamos Jose, tienes que terminar, digo para mis adentros. Empiezo a sentirme estable, pero el ritmo no es bueno. (me da igual, quiero terminar lo que he empezado). Es un triatlón mágico y le debo un respeto.

Cruzar esta línea de meta es algo fantástico. Aunque llego exhausto no puedo contener mi emoción, y no puedo dejar de pensar los momentos tan buenos vividos el año pasado. Este año, me ha caído una minutada de unos 8 con respecto al anterior, hemos sido cuartos, en vez de terceros, pero hemos estado allí, hemos tenido el honor, el valor y el coraje, de batirnos en duelo con esta prueba tan admirada por unos cuantos jinetes de caballos de aleaciones cada vez más raras.

Por cierto…Gane a Julio porque fue toda la bici pinchado, por eso su mirada. Esta no es una manera limpia de ganar. Julio, te reto en pareja!!!

martes, 29 de junio de 2010

BUELNA, NO TE OLVIDARE



OBJETIVO CORRALES DE BUELNA

Este viaje tendría que haber sido de otra manera, pero por circunstancias que no vienen al caso ha sido muy agridulce para mí.......
No me preparé este triatlón a conciencia, ni mucho menos. Pero si tenía ganas de hacerlo porque había oído hablar muy bien de el, y estaba programado desde hacía tiempo. No había excusa… Objetivo: pasarlo en grande, disfrutar del entorno y de la buena compañía.



No lo tenía así previsto, pero al final tuve que llamar a Rober, para ver si tenía un hueco para mí en su trifurgo, como es normal en Rober, me dijo que sin problemas. Vámonos pa' Buelna!!!!. Un viaje lleno de recuerdos en cada punto kilométrico de la carretera, pero con estos dos grandes de la vida, Rober, y Javi… Ellos te hacen sentir un poquito mejor.



Después de llegar muy tarde al albergue, y comer un plato de pasta que nos tenían preparados los compis, nos fuimos a dormir. Al día siguiente tocaba tetris, teníamos que dejar la bici en Comillas, dejar las zapatillas en Corrales de Buelna, ¿comer?, y coger un autobús para ir de nuevo a Comillas. Todo esto en un tiempo record. Desde las 7:30 de la mañana, empezamos ya el triatlón.

Una playa preciosa, un pueblo formidable, muchos triatletas enfundados en su neopreno, caras conocidas, vacio...... Empezó a bajar la niebla en el agua cuando estábamos calentando. Esto es precioso pero… No sé si será bueno para nadar. Bocinazo de salida y...... ¡¡¡Al agua patos!!!, como ya dijo alguien en alguna ocasión, eran dos vueltas muy, pero que muy laaaaaargas, dicen que unos 400 mts de más, no lo sé. Mientras nadaba, pensaba en retirarme, no tenía ilusión, ni fuerzas para terminar esto hoy, pero cuando llegue a la T1, me encontré con Manu, amigo y compañero. Saqué fuerzas de flaqueza y emprendí la marcha para conquistar nuevas carreteras, nuevos parajes, y porque no??? Para encontrarme conmigo mismo.



Una bicicleta espectacular. No me exprimí para nada, solo quería intentar disfrutar del viaje, recrearme con todo, e intentar ser mejor persona. Alguno se extrañará, pero de alguna manera, me siento mejor conmigo mismo haciendo algo así. Me fui encontrando por el camino con compañeros, intercambiando ánimos y complicidad, saludando a los lugareños, y oliendo el aroma de la frondosa vegetación. (Bueno, y ………a caca de la vaca tb, je je je)
Nada más llegar al estadio donde estaba la T2, nos recogen la bicicleta y nos dicen en qué lado está nuestras zapatillas. Para mí esto es un regalo. ¡Qué bueno, no tener que buscar las zapas!. Me siento en el suelo, para ponerme las susodichas, coger un par de geles, la visera, un poco de fuerzas, y empezar a correr. Me encuentro demasiado bien corriendo, incluso decido parar un poco, queda mucha carrera, miro él reloj y voy a 4:15. Me parece que si no paro, esto lo voy a pagar.
1ª vuelta, un poco larga, solitaria, y ¿quien decía que era todo llano?, je je je. Por un momento creí que estaba de nuevo en el Titán, menos mal que pronto empezó la bajadita, y después se entra en el pueblo, para pasar por el estadio y comenzar 5 vueltas de 2 kilómetros. La primera, se me hizo un poco larga, por eso de no tener referencias, pero ya en la siguiente, sabía dónde estaba la banda de música Heavy, o eso intentaban los chavales, en cualquier caso a mi me animaba, las chicas de el puente, el señor de la manguera, en la puerta de su casa. (Un Crack, el tío) en la última vuelta le di las gracias, que menos podía hacer.
Y por fin cogí la última pulsera y entre en meta.


Me gustó la parrillada. No el contenido del plato, que tampoco estaba mal. Me gustó el ambiente que hay en los equipos, lo bien que nos sentimos todos después de una labor bien hecha, y las vivencias personales de cada uno en estos kilómetros. Son todas ellas emocionantes.
Después de cenar con los compis de equipo, buena gente estos Diablillos!!!!. Me fui a ver a un amigo, (el cual tenía una deuda pendiente con este triatlón), para darle la enhorabuena, ya que la saldó, y con nota. ¿Verdad Mildo?, allí estaba él, su chica que por cierto... (La pido permiso, para poner una imagen suya que me gusta mucho), y un grupo de gente a su alrededor. Olía a buen rollito.
Estas cosas son las que hacen grande a este deporte, espero que todos sigamos con la misma ilusión, que no se pierda, porque nos da motivos para seguir y afrontar nuevos retos, tanto en lo deportivo, como en lo personal.




MUY BONITO TRIATLÓN AUNQUE ALGO FALTABA........

Viaje de vuelta................................................¿NORMALIDAD?

sábado, 17 de abril de 2010

La torre de Suso



Hoy he visto una película, que me ha llenado de verdad…………….
La torre de Suso. Es una historia, ambientada en la preciosa tierra de Asturias, en la cuenca minera. Una trama, que puede ser la vida de cualquiera, es muy dura, pero a la vez entrañable. Es la historia de unos amigos que se reencuentran al cabo de los años, al acudir al entierro de uno de ellos, que fallece por la mala vida que ha tenido.
Una película con unos diálogos entrañables, y muy inteligentes, con unos personajes duros, y tiernos, mujeres sufridoras, entre todos ellos, sin duda, se te abre el corazón.
Creo, que todas las persona, podemos ser maravillosas, a pesar de la máscara que podamos tener. Simplemente, tenemos que saber escuchar, tener voluntad, sacrificarnos, dar un abrazo sin venir a cuento, y porque no….. Ser un poco alocado.
Malena Arterio hace un papel impresionante desprende química por todos los lados, con una sabiduría muy alocada, que hace reír y enamorarte de ella.
En definitiva… Será que como hoy casi no he podido entrenar, solo nadar 3800 mts, y con los días que está haciendo, es posible que esté un poco sensible y las cosas me afecten más de lo normal, pero creo que no me equivoco con esta película, estoy completamente seguro que me ha llenado de verdad. Me gusta ver siempre el lado bueno de las personas, y cuando lo encuentro me siento bien.
Bueno, espero que mañana pueda salir un ratito a entrenar con mi bicicleta, estar en contacto con el viento, ojala que con el sol, y si me mojo, solo un poquito con la lluvia, pues mucho mejor, no pasa nada. Habré hecho lo que realmente quería hacer.

miércoles, 17 de marzo de 2010

SIN PELOS EN LA LENGUA

Pues no sufrí yo ni nada, en aquellos años en los cuales, o eras como el Algarrobo, o si por el contrario, te cuidabas un poquito, eras “trucha perdido” tipo Miguel Bosé, y ya en el colegio, ni te cuento. No eras nadie, te vetaban poder estar con ellos, y si te descuidabas te decían que te fueras a jugar con las chicas. ( Que ilusos ). Menudos pensamientos!!. Por suerte o desgracia a mi no me llegaron a catalogar nunca de nada, pero cuando empecé a montar en bici, empezó mi transformación.
¿Donde estaban los Metro sexuales?, si acaso te podías encontrar muchos Rural sexual. Me explico. Tipos con pantalón elástico a ser posible nevado, Nike pegadito al cuerpo, pero bien abierto por el pecho, pa que se saliera la pelambrera, y así reclamar a la hembra, deseosa de “macho típical hispanis”. Joder… Menudos tiempos aquellos….
Pues nada... Cuando empecé a montar con la peña, me dí cuenta de que algunos, tenía unas piernas muy bien definidas, que brillaban mucho al reflejo de la luz, (parecían de porcelana), ¡¡Y sin un pelo!!. Madre mía que cosa mas extraña pensé yo, pero me gustaba!! ¿Que hago ahora?. ¿Le pregunto al Malaguita?, Era el que parecía el gallo del corral. ¿Se habrá quedao sin pelos, por el aire que le da en las piernas al montar en bici?, ¿ O quizá es por que cuando sale ese pedazo de musculatura en los gemelos y los cuadriceps ya no hay sitio pa los pelos?.
Pues yo se lo pregunto, no me quedo con esa duda en mi cuerpo.
-Oye malaguita, Uf, ¿que piernas tienes no?, ¿ no se pasa frío?, ¿ Y cuanto tiempo tendré que montar en bici yo, pa que me queden, así, como las tuyas?, sin pelos, y tan fuertes!!.
-Será posible, lo que me pregunta “er quillo” de los cohones!!, -contestó el malaguita-Pos mira chaval. Los pelos se te quitaran, cuando ya no tengas más que se te puedan enredar en la cadena. No te jode, lo que me pregunta “er quillo” este. –Por eso se te ha quedado esa vocecita tan fina, de chillar tanto eh?, por que eso tiene que doler un huevo, ¿a que si?, - le dije yo- Las risas de los allí presentes fueron como si una pesa me hubiera caído encima. – esto me pasa por preguntar-, pensé, seré gilipollas!!, creyendo que todos se reían de mí. Pero se acerco un veterano y me dijo, -Muy bien chaval, no le hagas ni P. caso, este es un gilipollas, y le has contestado muy bien-.
Ya no cabía en mí, creo que desde ese momento, me aceptaron todos como uno más en el grupo, menos el malaguita, pero ese, ya no me importaba…

Otro cantar era cuando llegaba el verano y tocaba ir a la piscina. A ver, ¿Quién coño, montaba en bicicleta en vuestro barrio?. Pues nadie!!, eso era un deporte raro, raro, por lo cual, nadie sabía, las marcas que este magnífico deporte deja…
…Menudo calvario llegar a la piscina, sin pelos en las piernas, con músculos que nadie conocía. Recuerdo un día que una amiga de mi madre, me vio en pantalón corto y me dijo que si tenía algo malo en las piernas, que me salían un bultos muy raros, que me llevara al médico. – Pues si me vieras en otro sitio el bulto, igual salías corriendo, pensé yo!!. Groserías aparte.
Y las marcas, eso ya era mucho, pero si parecías un cromo, cortes y mas cortes. Un año, que el cullote era negro, con las letras en blanco, por ellas, se filtraron los rayos solares y se podía leer CICLOS ANDRINO, en mi propia piel, desde luego, que la gente no se aburría con nosotros, no... Eramos los bichos raros de la piscina, ahora si se ve a un tipo lleno de pelos en el cuerpo, se le cataloga de "Troglodita". En fin... Pero que raritos que somos.




martes, 9 de marzo de 2010

Sigo recordando


Como me gustaba el ciclismo… Cada vez que veía en la tele a Jose Luis Laguia, "El Rey de la Montaña" de aquellos años, uf, uf, Que subidón, me ponía pegado a la tele, viendo como escalaba aquellas montañas, me quedaba alelado, pensando y volando con mis pensamientos… Ahora era yo quien estaba subido en la bicicleta, escalando aquellas cimas, dejando de rueda a todos mis perseguidores, para tener la posterior recompensa de cruzar la línea de meta con los brazos en alto, y esperar el trofeo, el ramo de flores, y los besos de esas chicas, siempre preciosas..... Eh, eh, despierta!!, que parece que estas Agilipollao, ponte a hacer los deberes, que siempre los dejas para el final.
Pues decidí emprender mi camino... Y me apunte a un equipo de ciclismo. Ciclos Luis, en Villaverde Alto. ¡¡Madre mía si me han dado hasta equipación ciclista!!, esto ya es una pasada!!! Me compro mi padre una bicicleta, 25.500 pelas, un auténtico lujo, una Torrot, azul azafata, con 5 piñones y dos platos, si multiplicamos, a ver... pa algo hago yo los deberes… ¡Es de 10 velocidades!, con mi bici nueva, ni José Luis Laguia, ni Marino Lejarreta, ni ostias. Ya me creía yo un auténtico ciclista. El primer día que salí con la peña, nos metimos 100 kmts, yo tendría unos 13 años, y me fui con ellos a pecho descubierto, sin un duro, sin repuesto, sin ropa de abrigo, ni guantes, ni na de na. Pero no se podía juntar tanta ilusión en tan poco cuerpo. Nos fuimos no se por donde, pero al llegar a Aranjuez, paramos a desayunar, como hacen los auténticos ciclistas, (A ver si consigo poner de moda esta afición entre los triatletas) A mí ya me tremblaban hasta las piernas, y tenía una cosilla en el estómago, que no adivinaba muy bien lo que era, pero estaba ya muy flojo, cuando por fin, todo el mundo entro en el bar, y empezaron a correr los bocatas, los bollos y los cafés. Yo solo podía mirar, no conocía a nadie para pedirle dinero, pero sabía que si no comía algo, era "carne de cañón", no sé cómo, o si, creo que se llama instinto de supervivencia, puse cara de firmeza y le dije al camarero: ¡¡chipss, chipss, Jefe,!! ¿Me pone Vd. un bocata?. Claro chaval, pero... ¿de qué lo quieres?. A si, uhmmm, de sardinas dije, viendo uno que salía para algún compañero.
Jooodor, como me supo ese bocata, el bocata más rico que jamás he comido, después, entre el alboroto, intente salir, pero el camarero que no era tonto, dijo que le faltaba un bocata por pagar, jodor ahora sí que el estómago me dio una vuelta, pero escurrí el bulto y salí por piernas. Salió un compañero a preguntarme si había pagado el bocata, y yo por supuesto les dije que sí. No sé si me creyeron, tampoco supe decir que no tenía dinero, yo quería ser uno más, no se si pagaron el bocata, o que fue lo paso, lo único que se, es que aquel bocata me salvo la vida, y que desde entonces, jamás salgo a montar en bici, sin dinero, sin repuestos, y sin comida. Me di cuenta de la realidad de la bicicleta, pero aquel día de salida en grupo, haciendo kilómetros, sufriendo y pedaleando, fue un día que será difícil de olvidar.

viernes, 5 de marzo de 2010

Tendré que empezar a hacer memoria...


Tendré que empezar a hacer memoria, y retrotraerme a tiempos remotos.


Reconozco, que desde bien pequeñito siempre me gusto el deporte, aunque no cualquier deporte, no. Los juegos de pelota nunca seme dieron bien, se necesita cierta habilidad de la cual yo no poseo. En el colegio, a la hora del recreo, cuando casi todos los niños jugaban al futbol ,correteando toda la clase detrás de un balón , (solo estaban en su sitio los porteros, el resto pegados al balón) Je je, menudos fieras!!, pues digo, que mientras jugaban ellos, otros dos amigos y yo nos quedábamos en otro patio más pequeñito jugando a los cromos, la peonza, el churro media manga yo que se… Lo que estaba de moda en aquel momento. Qué bien lo pasábamos.


Recuerdo un día, tendría 8 años más o menos, vi por el barrio gente que hasta entonces jamás había visto, gente que iba disfrazada de una manera que yo nunca antes pude ver, llevaban chándal , chándal azules, con tres rayas blancas, que era lo que por aquel entonces existía, todos llevaban unas zapatillas, con las cuales, yo imaginaba que me las calzaba y empezaría a correr hasta dar caza a los veloces coches. Tenían que ser geniales!!, además eran preciosas.


Rápidamente se lo conté a mi madre, y fue ella quien me dijo que era una carrera, una maratón o algo así. Recuerdo que me calcé mis Tórtolas azules de lona, cogí a mi madre de la mano y empecé a correr tirando de ella hacia la multitud, hacia donde estaban todas esas personas reunidas en una explanada multicolor. Toda la puesta en escena me llamo mucho la atención, me parecía lo mejor que me había pasado en mi vida, yo quería ser uno más de todos los que allí se reunían, yo quería correr, ganarlos a todos.


Que decepción más grande me llevé aquel día, ahora recordándolo, quizá ese fuera el primer encontronazo con la dura realidad de la vida. Estaba mi madre hablando con alguien de la organización para hacer mi inscripción, esa persona la dijo que yo no podía correr, que era muy pequeño, que no sería bueno correr con esas personas tan mayores…. Yo no podía entender nada, y ante tal impotencia rompí a llorar y me fui corriendo para casa.


Solo me queda saber lo que mi madre sintió aquel día, la verdad es que nunca se lo pregunte. Lo haré en breve, porque aun estoy a tiempo, y a ella, seguro que la gusta mucho que recordemos los dos juntos, aquellos años setenta.


Como me gustaba la bici, ese sí que era mi deporte preferido. Que digo deporte!! , era mi medio de transporte, mi vehículo para jugar a los Hombres de Harrelson , a las persecuciones, a pegar saltos por los montones, echar carreras con los amigos del barrio… Siempre me pregunté porque no me dejarían ir al colegio en bici, como en las películas Americana.


Con diez añitos más o menos, me entere que en mi barrio, para las fiestas, se iba a hacer una carrera ciclista. ¿Cómo, una carrera ciclista?, ¡YO QUIERO IR!, ¿QUE TENGO QUE HACER, DONDE ME APUNTO? Nervioso perdido, me puse a preparar mi vieja GAC, la quite los guardabarros y el guardacadenas, me fui a un viejo alquiler de bicicletas de otro barrio, en el cual, tenían amontonados miles de piñones, de cadenas, de manillares, de cambios… todo ello, no era más que chatarra, pero yo encontré lo que quería. Un manillar de carreras, y un piñón de tres coronas. Era genial, estaba loco por llegar a casa y montarlo todo. No sé como lo hice, ni tampoco recuerdo con que herramientas, pero la máquina estaba empezando a tener forma, por supuesto que no tenía cambio, simplemente tenía que elegir una de las tres coronas y engranar la cadena, era como la decisión de elegir neumáticos en F1, Si elegía el piñón más pequeño, y había cuesta, pues muy mal fatal. En fin.


A la semana siguiente, un día a las siete de la tarde de un mes de Junio, me fui al mercado del barrio, que es donde se daba la salida. En la línea de salida estábamos todos los niños, aquí sí que separaron las categorías, los mayores y los niños, calculo que las edades de los niños eran de 5 a 14 años, ahora sí que estábamos igualados, competía con gente de mi edad, je je.


Bocinazo de salida, rápidamente, me pongo en las primeras posiciones, pero recuerdo que un chico, con una bici de carreras de verdad, y con su maillot y culote, me empezó a sacar metros y pronto deje de verle. Da igual, rápidamente me vi solo, empecé a soñar, creía que estaba en la vuelta a España, la gente me animaba…Todo era fantástico, hasta el sufrimiento. Cuando llegue a la meta, exhausto, me dijeron que era el segundo. POCAS VECES HE SENTIDO NADA IGUAL.


Estos son mis comienzos en estas dos disciplinas, me queda contar como empecé a nadar, esto fue más sencillo. Fue un verano, en la finca de mis abuelos en Navalmoral de la Mata, allí tenemos una pequeña charca dentro de la finca, yo le dije a mi abuelo, que quería aprender a nadar. Mi abuelo, que era un tío emprendedor, hoy sería un temerario, ni corto ni perezoso me cogió y nos fuimos a la charca, después de algún traguito de agua que hoy ,nada más pensarlo ya me pongo malo, ¡¡ lo que pude coger… ¡!Rápidamente, empecé a flotar y a desplazarme poquito a poco. Prueba superada, YA ERA TARZÁN DE LOS MONOS.